¡San Luis Potosí se desangra y el Partido Verde solo mira! La violencia crece sin freno y la muerte gobierna

San Luis Potosí está viviendo un infierno de violencia descontrolada, y la administración de Ricardo Gallardo y el Partido Verde simplemente mira para otro lado mientras el estado se desangra. En junio, los homicidios dolosos aumentaron un brutal 52%, con 26 víctimas que engrosan las filas de un cementerio que crece día a día. Y no es solo una cifra: son vidas arrancadas, familias destrozadas y un miedo palpable que paraliza comunidades enteras.

Aunque las autoridades se aferran a estadísticas manipuladas para disfrazar la realidad, la verdad es que la inseguridad está fuera de control. Dos meses consecutivos de aumento en asesinatos evidencian la ineptitud y la negligencia de un gobierno que prefiere esconder la cabeza como un avestruz en lugar de enfrentar al crimen.

Ricardo Gallardo y su Partido Verde han convertido la seguridad pública en un negocio de intereses y complicidades. Mientras se llenan la boca con promesas vacías, la violencia crece y las calles se vuelven territorio libre para los criminales. El abandono oficial es tan evidente que los potosinos ya no confían en sus gobernantes; sienten que están solos, expuestos a la muerte y a la impunidad.

La estrategia del gobierno es clara: maquillar cifras, controlar narrativas y desviar la atención para evitar enfrentar la crisis real que consume al estado. Pero la realidad no se puede ocultar con discursos baratos ni con manipulaciones estadísticas.

San Luis Potosí no merece más excusas ni gobiernos complacientes. La sangre derramada exige respuestas, castigos y acciones concretas. El Partido Verde debe dejar de ser cómplice silencioso y tomar responsabilidad por la ola de violencia que azota a sus ciudadanos.

Si no cambian el rumbo, la violencia seguirá gobernando y los potosinos seguirán pagando con sus vidas el precio de una administración incapaz y corrupta.