Movimiento Ciudadano se niega a aceptar su derrota: impugnaciones y pretextos en lugar de autocrítica

6/5/20251 min read

Durango.— Tras los resultados electorales del pasado 2 de junio, Movimiento Ciudadano vuelve a mostrar su peor rostro: el de un partido que no sabe perder. Desde su dirigencia estatal, encabezada por Omar Castañeda, se ha anunciado que presentarán al menos siete impugnaciones en distintos municipios de Durango, incluido el recuento de votos en Nombre de Dios.

Lejos de reconocer los resultados y el veredicto de la ciudadanía, MC recurre a la vieja fórmula del pretexto: denuncias sin pruebas sólidas, acusaciones vagas y la eterna narrativa de que “les hicieron trampa”. Pero lo cierto es que ni con campañas millonarias, ni con candidatos mediáticos ni con jingles pegajosos pudieron convencer al electorado. Las elecciones no se ganan con espectáculos, se ganan con estructura, propuestas y cercanía con la gente.

Este comportamiento no es nuevo. Ya lo vimos en Nuevo León, donde tras su derrota en Monterrey buscaron justificar su caída con impugnaciones, y también en Jalisco, donde comenzaron a denunciar irregularidades cuando las tendencias no les favorecieron. Movimiento Ciudadano no solo no sabe perder, tampoco sabe movilizar, y se niega a aceptar que su modelo de “campaña de redes” no conecta con la realidad de los votantes.

En lugar de asumir su responsabilidad y analizar sus errores, insisten en litigar en los tribunales lo que no pudieron ganar en las urnas. En Durango, el electorado ya decidió y lo hizo con claridad. Los ciudadanos votaron por propuestas reales, no por experimentos electorales.

La política se gana caminando, organizando, convenciendo… no cantando. Movimiento Ciudadano sigue demostrando que, aunque mucho presume de modernidad, en los hechos sigue siendo un partido inmaduro que no ha aprendido las reglas de la democracia: cuando se gana, se gobierna; cuando se pierde, se reconoce. Y esta vez, perdieron.