"Layda Sansores: la gobernadora que amordaza a la prensa"

8/14/20251 min read

En un hecho que ha encendido las alarmas sobre la libertad de prensa en Campeche, el Tribunal Electoral del Estado, bajo el amparo del gobierno de Morena, ordenó a los periodistas Carlos Martínez Caamal, Abraham Martínez y Hubert Carrera Pali, del portal “La Barra Noticias”, a disculparse públicamente todos los días con la gobernadora Layda Sansores. La acusación: supuesta “violencia política de género” por criticar a la mandataria.

Esta resolución, calificada por comunicadores y especialistas como un acto de censura brutal, sienta un precedente peligroso: ahora, cuestionar al poder podría costar no solo demandas, sino humillaciones públicas obligadas. Los periodistas deben leer un texto impuesto por el Tribunal, reconociendo que sus comentarios fueron “ofensivos” y “estereotipados”, mientras el gobierno de Morena se presenta como víctima, pese a su historial de agresiones verbales contra opositores y críticos.

Pero este no es un caso aislado. En otra maniobra de control informativo, una jueza de Campeche prohibió al periodista Jorge Luis González Valdez y al periódico Tribuna mencionar a la gobernadora Sansores. Aún más grave: cada nota, comentario o programa sobre el tema debe pasar primero por un censor judicial designado por el Tribunal Superior de Justicia del Estado. Un control previo al estilo de regímenes autoritarios, ajeno a cualquier democracia.

Bajo el manto de la defensa de género, Layda Sansores y su gobierno de Morena han convertido la ley en un arma para silenciar voces incómodas, sofocar la crítica y blindar su imagen. Mientras los problemas de inseguridad, corrupción y abandono crecen en las calles, el aparato estatal se dedica a perseguir periodistas y controlar lo que los campechanos pueden o no leer.

Hoy, Campeche vive un clima de miedo y represión mediática. La consigna parece clara: quien se atreva a cuestionar al gobierno de Morena, pagará con censura, demandas y el peso de un aparato judicial dispuesto a callar a toda costa.