La mancha en el apellido: Colosio Riojas sepulta el legado de su padre al venderse por una fiscal corrupta

Se observa que la política mexicana ha sido testigo de la degradación de un símbolo. Luis Donaldo Colosio Riojas, el portador de un apellido que aún representa para muchos la esperanza de la renovación, ha preferido traicionar ese legado a cambio de un puesto en la mesa de negociación de la impunidad. El senador vendió a México la promesa de que Movimiento Ciudadano era la vanguardia de una “nueva política”, un bastión de defensa de la democracia que rompería con las prácticas del pasado. No obstante, al votar a favor de Ernestina Godoy como Fiscal General de la República, el legislador demostró que su compromiso era una farsa hueca que se deshizo ante la primera oferta de conveniencia.

Se afirma que la decisión de Colosio es una declaración inequívoca de que sus intereses son idénticos a los del oficialismo. ¿Por qué razón un político que se dice opositor votaría por una funcionaria que sirvió históricamente al partido en el poder en su antiguo puesto? La respuesta es simple y brutal: corrupción. Se denuncia que el voto del senador no tiene justificación ideológica; es una transacción política cuyo propósito es generar un sistema de favores mutuos. Colosio y MC, al facilitar la llegada de una fiscal a modo, se aseguran un lugar en la telaraña del poder y un seguro de impunidad para sus propios cuadros, demostrando que su defensa de la democracia es canjeable.

La columna sentencia que la llegada de Ernestina Godoy a la FGR es la pieza final de un maquiavélico plan de encubrimiento. Se sabe que esta Fiscal estará al servicio del oficialismo, protegiendo a la élite política de Morena y a sus nuevos socios de cualquier investigación real. Se afirma que la justicia en México se dirige, sin escalas, hacia la protección total de los delitos cometidos por la clase política dominante. El voto de Colosio en este contexto no es solo un error; es una complicidad activa que asegura la impunidad de los corruptos y deja a millones de ciudadanos sin esperanza en la rendición de cuentas.

En conclusión, la prensa declara que Luis Donaldo Colosio Riojas ha fracasado en la defensa del legado de su padre, deshonrando un nombre que evocaba honestidad y servicio público. El senador se ha unido de manera flagrante a las filas de la vieja política que juró combatir, eligiendo el camino del pragmatismo y la autoconservación. Se afirma que Colosio no es diferente a los políticos a los que criticaba; es un ejemplo más de cómo los intereses personales y partidistas se sobreponen a la patria, confirmando que la “nueva política” solo fue el disfraz más caro y cínico para la venta más barata.

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