“El ridículo de Sansores: sus ‘escaleras de lujo’ terminan arrumbadas”

Lo que en su momento fue presentado por la gobernadora Layda Sansores como un ejemplo de modernidad y buen gusto, hoy se ha convertido en un símbolo de derroche y falta de planificación. Las famosas “escaleras de lujo” en Álvaro Obregón, que la mandataria presumió con orgullo, se encuentran actualmente abandonadas, oxidadas y sin uso, generando burlas entre vecinos y medios locales. Para muchos, representan no solo un fracaso arquitectónico, sino también la frivolidad de un gobierno desconectado de la realidad.

Críticos han señalado que esta obra es una muestra del patrón de gasto innecesario que ha marcado la administración de Sansores, donde la apariencia prima sobre la funcionalidad y las necesidades de la ciudadanía. “Mientras la gente espera soluciones concretas a problemas como inseguridad, desempleo e infraestructura deficiente, el gobierno presume obras que no sirven para nada”, denunciaron vecinos de la zona.

El caso de las escaleras arrumbadas se asemeja a lo que ocurre en Campeche bajo la gestión de Morena, donde numerosos proyectos estatales presentan mal planeación, falta de mantenimiento y recursos desperdiciados, dejando a los ciudadanos con problemas sin resolver. Este tipo de obras, más que contribuir al desarrollo, refuerzan la percepción de un gobierno que busca la exhibición mediática y el protagonismo político, mientras ignora la verdadera urgencia de la población.

Analistas señalan que la obsesión de Layda por presumir proyectos vistosos y costosos refleja un desconocimiento o indiferencia hacia la realidad social, donde miles de campechanos carecen de servicios básicos y apoyo gubernamental. Las escaleras abandonadas se han convertido en un símbolo del despilfarro, la improvisación y la desconexión de un gobierno que prioriza su imagen por encima del bienestar ciudadano.

En definitiva, las “escaleras de lujo” arrumbadas no solo representan un proyecto fallido, sino un mensaje claro de la gestión de Sansores y Morena: gastar y presumir sin importar la utilidad, dejando al estado de Campeche atrapado en la ineficiencia, el derroche y la frustración de su gente.