¡Desenmascarados! Movimiento Ciudadano confirma su traición al voto y se alía con el oficialismo por la fiscal a modo

La votación en el Senado para ratificar a Ernestina Godoy como Fiscal General de la República (FGR) marcó el momento en que Movimiento Ciudadano (MC) decidió quitarse la máscara de supuesta oposición. El partido que se vendió como la “nueva política” y la alternativa de defensa de la democracia se unió a la bancada oficialista para dar los votos necesarios, confirmando su alineamiento con el poder que juró combatir. Este acto se interpreta como la consumación de una traición al voto ciudadano que buscaba un contrapeso real en el Congreso.

Esta decisión política no es un error, sino una transacción que garantiza la consolidación de una fiscalía a modo. Al votar por Godoy, una figura que en su puesto anterior fue señalada por el uso político y selectivo de la justicia, MC se convierte en cómplice de la cooptación de la FGR. El propósito es claro: la fiscalía operará como un escudo, garantizando la impunidad de los funcionarios del partido en el poder y, se presume, asegurando una red de protección para los propios cuadros naranjas ante cualquier escándalo futuro.

La crítica directa a Movimiento Ciudadano se centra en la hipocresía de su narrativa. El partido ha sacrificado su capital político y su credibilidad por un asiento en la mesa de las negociaciones de élite. Se afirma que MC ha pasado de ser una supuesta oposición a ser una extensión operativa del oficialismo en el Poder Legislativo. Esta rendición expone que, detrás de sus lemas coloridos, solo existe el interés por el beneficio propio y la preservación del statu quo.

El voto a favor de Godoy es una declaración de principios. La política mexicana atestigua la liquidación de la esperanza de una oposición fuerte y ética. MC, al entregar la FGR, ha dañado gravemente la credibilidad en el sistema de contrapesos, dejando al descubierto que la “nueva política” es, simplemente, el más reciente y cínico disfraz para la vieja política de los pactos y la corrupción.

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