De contratista millonario a funcionario del Senado: el caso que exhibe las redes de privilegio en Morena

6/18/20252 min read

Ciudad de México.– En un nuevo episodio que refleja los vínculos oscuros entre poder político y negocios millonarios, Morena se ve envuelto en una polémica por el nombramiento de Luis Humberto Montaño como coordinador de asesores del Instituto Belisario Domínguez, a propuesta de Adán Augusto López Hernández, líder de los senadores morenistas.

Montaño, cercano colaborador y amigo del exsecretario de Gobernación, ha sido beneficiario directo de contratos por más de ocho mil millones de pesos durante los últimos años, todos provenientes de gobiernos emanados de Morena. Las empresas Lumo Financiera del Centro y Lease and Fleet Solutions, ligadas al nuevo funcionario del Senado, fueron favorecidas con adjudicaciones millonarias que hoy generan serias dudas sobre el conflicto de interés y el uso del poder para beneficiar a los cercanos al régimen.

Lo más preocupante es que, en su primera declaración patrimonial como funcionario público, Montaño ocultó deliberadamente su participación en estas compañías, una omisión grave que puede constituir una falta administrativa o incluso un posible delito, al tratarse de un alto cargo dentro del aparato legislativo.

Este caso no es menor. Representa un síntoma claro de cómo en Morena, bajo el discurso de austeridad y combate a la corrupción, se reproducen las viejas prácticas que tanto criticaron: los amiguismos, la opacidad, y el uso del poder público para tejer redes privadas de privilegio.

La llegada de Montaño al Senado no fue explicada con transparencia, y hoy, en lugar de rendir cuentas, se intenta normalizar que quienes fueron contratistas privilegiados del gobierno ahora ocupen cargos de influencia política dentro de las instituciones del Estado mexicano.

Mientras el oficialismo presume una transformación ética, la realidad demuestra que muchos de sus cuadros repiten las mismas fórmulas de siempre: enriquecimiento silencioso, simulación patrimonial y redes de poder ocultas. El caso de Luis Humberto Montaño es solo un ejemplo más de cómo Morena está dejando de ser un movimiento ciudadano para convertirse en un partido con estructuras de poder que protegen a los suyos, aun cuando hay claros indicios de conflicto de interés.