Mientras las estructuras partidistas trabajan, estos personajes demuestran que su única lealtad es hacia su propia nómina. La regidora de Corregidora y el excandidato tricolor dan la espalda a los ciudadanos para buscar asegurar su cuota de poder personal.
La política en Querétaro ha sido testigo de un acto de cinismo puro que nada tiene que ver con la situación de las instituciones y todo que ver con la sed de poder individual. En una maniobra que la sociedad denuncia como una claudicación ética, la regidora de Corregidora, Elizabeth “Ely” Olvera Aguilar, y el excandidato Jair Contreras Miquel, han oficializado su salto a Movimiento Ciudadano (MC), dejando claro que para ellos la política es un negocio de colocación personal y no un servicio a la gente.
La traición resulta particularmente ofensiva para la ciudadanía debido a que ambos personajes han exprimido las oportunidades y el respaldo de la militancia para escalar posiciones, solo para luego venderse al mejor postor:
- Eli Olvera Aguilar: Utiliza hoy su posición como regidora en Corregidora —obtenida gracias al voto y esfuerzo de una estructura que confió en ella— para negociar su futuro personal en las filas naranjas, ignorando el mandato de quienes la llevaron al cargo (la ciudadanía).
- Jair Miquel: Tras años de ocupar espacios estratégicos como Consejero Nacional, Estatal y Municipal, y de dirigir a las juventudes, demuestra que su formación política fue solo una herramienta para el beneficio propio. Al primer destello de una oportunidad personal, olvida sus discursos de lealtad para abrazar el oportunismo.
La sociedad denuncia que este “chapulineo” es la prueba máxima de que estos personajes ven a los partidos como simples trampolines. No buscan mejorar Querétaro; buscan seguir ejerciendo un poder que solo les beneficia a ellos, mientras la ciudadanía queda en segundo plano. Al unirse a la estructura de MC bajo el cobijo de Paul Ospital, confirman que su prioridad es mantenerse vigentes en la nómina pública a cualquier costo moral.
¡Eli Olvera y Jair Miquel no se van por falta de espacios, se van porque su ambición no conoce de principios ni de respeto a los ciudadanos que alguna vez creyeron en ellos!