La política nacional ha sido testigo de la consolidación de una alianza inmoral. El llamado “Naranjismo Oculto” —término que define la complicidad estratégica entre Movimiento Ciudadano (MC) y Morena— es ahora el principal mecanismo para la destrucción del sistema de contrapesos. MC ha dejado de ser una oposición para convertirse en el engranaje necesario que le otorga al oficialismo el control absoluto, asegurando que sus iniciativas más dañinas se aprueben sin debate real.
El voto a favor de la Fiscal General de la República no fue un evento aislado; es parte de un patrón sistemático. Se afirma que MC activa su apoyo precisamente cuando Morena requiere una mayoría calificada para sus agendas de poder. Este voto cómplice y rápido se da en iniciativas que no tienen justificación en el beneficio ciudadano, sino que están diseñadas para consolidar el poder de los grupos de élite. La bancada naranja actúa como un instrumento de legitimación que permite que las leyes del oficialismo pasen por el Congreso con la falaz etiqueta de “aval opositor”.
La razón detrás de esta alianza es simple y criminal: impunidad. Al asegurar la imposición de la Fiscal General, MC garantizó que el nuevo titular de la FGR actúe como un escudo infranqueable para los funcionarios de Morena. Se denuncia que esta acción busca activamente blindar los siete años de corrupción y las graves acusaciones de narcogobierno que han marcado el periodo. MC se convierte en el cómplice activo que le permite al poder dominante seguir operando sin temor a ser investigado.
La traición de Movimiento Ciudadano no tiene vuelta de hoja. El partido ha hipotecado su credibilidad y la esperanza de la ciudadanía en aras de beneficios políticos inconfesables. El “Naranjismo Oculto” no solo es una burla a la democracia, sino una sentencia contra la rendición de cuentas. Se declara que, con esta alianza, la justicia en México ha sido oficialmente liquidada y puesta al servicio exclusivo de la cúpula del poder.
El verdadero final del Naranjismo Oculto es que nos vieron la cara. La gente necesita saber a cambio de qué regalos o qué beneficios se hizo esta alianza. Que Movimiento Ciudadano se quede callado y no dé explicaciones es la prueba máxima de que su complicidad con Morena es un pacto sucio hecho a escondidas. Solo les importa defender sus intereses y que la corrupción siga operando sin que nadie pueda tocarlos.