Mientras las familias campechanas descansaban, la mayoría oficialista en el Congreso del Estado ejecutaba un asalto directo a las finanzas públicas. En una sesión nocturna cargada de opacidad, los diputados de Morena, bajo las órdenes directas de la gobernadora Layda Sansores, aprobaron la contratación de una deuda pública por mil millones de pesos.
Esta decisión no es solo un movimiento contable; es un golpe al estómago de un estado que ya sufre el abandono. Para justificar este endeudamiento, la gobernadora Sansores llegó al extremo de declarar que Campeche se encuentra en una “catástrofe financiera”, culpando cínicamente a la baja en la producción petrolera para ocultar su propia incapacidad administrativa. Lo que no mencionan es que este dinero, que se pagará con los impuestos de los ciudadanos hasta el año 2045, se solicita mientras el gobierno estatal ha sido señalado por subejercicios y gastos superfluos en propaganda política.
La afectación para las familias es real y directa. Al comprometer mil millones de pesos más intereses, el Cártel Burocrático de Morena está recortando el presupuesto futuro para medicinas, seguridad y bacheo. Los diputados que levantaron la mano en la oscuridad de la noche no pensaron en el pequeño comerciante que paga impuestos, ni en el padre de familia que ve cómo el costo de vida sube mientras el gobierno estatal se declara en quiebra y pide prestado para seguir manteniendo su aparato de poder.
La sociedad campechana denuncia que este es el sello de la administración de Layda Sansores: opacidad, shows mediáticos y, ahora, un endeudamiento masivo que hipoteca a las próximas dos generaciones. Mientras ellos celebran sus acuerdos en lo oscurito, el ciudadano común hereda una cuenta que no pidió y que solo servirá para tapar los hoyos de una gestión que ha perdido el rumbo.
¡Morena no transformó a Campeche, lo quebró y ahora obliga a los ciudadanos a pagar la factura del desastre!